La política ambiental comunitaria se ha convertido en un referente de actuación en el ámbito internacional. Se suele decir que para afrontar los problemas previamente debe existir una conciencia de la existencia de los mismos. Quizá ese reconocimiento de la Unión Europea de los problemas ambientales sea uno de sus grandes logros. Recordemos que la Unión Europea reconoció el cambio climático, como un problema a resolver, mucho antes de que los medios de comunicación se hicieran eco del mismo de forma persistente.

Uno de los principales problemas ambientales es el hecho de que el propio problema sea global y exija por tanto una solución global. Como recuerda el Informe Brundtlan “La Tierra es una pero el mundo no lo es. Todos dependemos de una biosfera para mantenernos con vida. Sin embargo, cada Comunidad, cada país lucha por sobrevivir y prospera sin preocuparse de los efectos que causa a los demás” Desde esta perspectiva de conciencia de un todo, la Comunidad Europea decide adoptar medias en su ámbito regional para afrontar la degradación de nuestro planeta. Para ello aplica el principio de integración, que como veremos a lo largo del trabajo, se introdujo con el Acta Única Europea (Art. 130.R.2) y que establece que “Las exigencias de la protección del medio ambiente serán un componente de las demás políticas de la Comunidad”. Como indica MARTÍN MATEO este precepto “instaura definitivamente la comprensión amplia y ubicua de la protección ambiental, lo que ha sido recibido por la jurisprudencia comunitaria que ha reconocido la prevalencia de este principio sobre las demás políticas de la Comunidad” .

De tal forma, que el objeto del presente trabajo es exponer de forma clara y sistemática la evolución de la política ambiental comunitaria. Para ello se pondrá de relieve las principales modificaciones del derecho originario así como los objetivos y principios por los que se rige la actuación de la Comunidad. Finalmente se analizará la importancia de tales preceptos.